PREGUNTAS FRECUENTES DE NUESTROS CLIENTES

El hierro es un material muy pesado y cualquier puerta de este metal va a pesar. Pero además del peso de la puerta, hay otros factores que van a determinar el que cueste más o menos esfuerzo el acto de abrirla:

• El que la puerta esté descolgada o tenga roces estructurales es desde luego un motivo para que la puerta se mueva con dificultad.
• Es frecuente que los pernios (bisagras), sobre todo en puertas antiguas, giren sobre una arandela central que con el desgaste de ésta producido por el uso y la falta de engrase producirán una fricción que dificultará mucho su apertura. Nosotros para facilitar el giro de las hojas de la puerta montamos pernios que giran sobre un casquillo con rodamientos para facilitar su movimiento y que el giro sea suave, teniendo además una perforación por la que podemos engrasar con facilidad el interior del casquillo de rodamientos.
• Para abrir la puerta tenemos que vencer el empuje que hace el muelle hidráulico para cerrarla. A mayor presión del cierra-puertas mayor será el esfuerzo de abrir la puerta.

En resumen unos buenos pernios y un muelle hidráulico cierra-puertas de calidad van a ser fundamentales para que la puerta se mueva con suavidad y sin mucho esfuerzo.

El muelle hidráulico cierra-puertas es el “motor” que va a empujar la puerta para que se cierre y es uno de los elementos fundamentales de las puertas de portal. En muchas ocasiones el muelle hidráulico utilizado no es el correcto. Puede ser que sea grande y con mucha presión para el tamaño y peso de la hoja, con lo que la fuerza y por lo tanto resistencia ejercida por el muelle sea excesiva, o lo que es más habitual, que sea demasiado pequeño y con menos fuerza de la necesaria para el tamaño y peso de la hoja lo que obliga a darle mucho empuje y velocidad para que la puerta se cierre con bajas temperaturas (con el calor pegará portazos) o quitarle fuerza con temperaturas altas para que no golpee (con el frío quedará abierta).

Nosotros llevamos muchos años utilizando el muelle hidráulico de la marca DORMA que nos ha demostrado ser, bajo nuestro punto de vista, el mejor muelle hidráulico del mercado. El propio fabricante marca el modelo del muelle hidráulico cierra-puertas idóneo para el ancho de la hoja. Como la anchura media de las hojas es de 90cm., montamos el DORMA TS-71, que tiene dos puntos de ajuste en su trayectoria y a falta de 3-4 cm. del cierre da un golpe final garantizando que no quede abierta ni de portazo.

Las principales diferencias entre los tres tipos de vidrios son:

• El vidrio templado, aunque se considera de seguridad, en caso de rotura se fragmenta en trozos redondeados que generalmente no son cortantes pero que pueden producir lesiones en la caída. No tienen aislamiento térmico ni acústico.
• El vidrio doble con cámara es el que se monta habitualmente en las ventanas y cerramientos de terraza, consiguiendo un aislamiento térmico y acústico optimo pero sin resistencia. En caso de rotura se comporta como el vidrio templado.
• El vidrio laminado se compone de capas de vidrio monolítico unidas entre sí por láminas de butiral de polivinilo (PVB), cuya función en caso de rotura es mantener los trozos de vidrio pegados al butiral evitando su desplome. El butiral gracias a su elasticidad es muy resistente a los golpes. Su aplicación es para casos en que prime la resistencia del vidrio (escaparates, mamparas de seguridad, puertas de portal, etc.) sobre su aislamiento térmico o acústico.

El bombín con llave normal (la llave con forma de sierra) carece de una protección eficaz para las puertas, ya que son muy fáciles de forzar, o lo que es muy habitual, abrir por el sistema bumping. Además es muy frecuente que cojan holgura y haya que “jugar con la llave” para poder abrir la puerta. Si a esto añadimos que en el caso de las puertas de portal puede haber en la comunidad copias de llaves de mala calidad aunque se sustituya el bombín por uno nuevo, cuando se utiliza una de éstas llaves enseguida vuelve a desajustarse.

Por el contrario el bombín con llaves de puntos de seguridad (llaves planas con orificios) que además sea anti-bumping, ofrecen una gran protección a la puerta ya que no se pueden forzar ni abrir con el sistema bumping. Además éste tipo de bombillo tiene una mayor durabilidad sin desajustes y la llave debe tener una cierta calidad para que funcione.

La pintura idónea para pintar una puerta de hierro que va a estar en el exterior es el poliester en polvo (mezcla de resinas, pigmentos y minerales), ya que a diferencia de las pinturas líquidas, tiene una mayor dureza, no se hacen burbujas, ni resbala produciendo aguas, ofreciendo un acabado muy homogéneo. Además tiene una muy alta resistencia a los cambios de temperaturas y a los rayos ultravioletas manteniendo la pintura con un color y un brillo mucho más duradero.

El poliester en polvo termo-endurecido al horno soporta muy bien las temperaturas extremas y los rayos ultravioletas del sol, pero tolera muy mal los productos químicos. La forma idónea para limpiar las superficies pintadas y los adornos de la puerta, ya sean de latón o cromo, es con una bayeta o paño húmedo o seco para quitar el polvo que se deposita sobre todo en las zonas horizontales. Nunca hay que utilizar productos de limpieza tales como la lejía o el amoniaco y nunca limpiar la zona baja o zócalo de la puerta con la fregona de fregar el suelo ya que se suele mezclar el agua con limpiasuelos que llevan productos químicos o lejía que atacarán la pintura.

El latón (aleación compuesta por cobre y zinc) su color original es amarillo mate, que cuando se pule queda amarillo brillante similar al oro, pero si no se protege, con el tiempo pierde el brillo y puede llegar a tener un tono verdoso. Para evitar la pérdida de brillo nosotros montamos todos los elementos de latón de la puerta del portal (tiradores, macollas, número de la finca, etc) barnizados, de ésta forma las piezas mantienen el brillo. Hay que tener en cuenta que hay dos factores que deterioran el latón:

• El desgaste del barniz producido por el uso que afecta principalmente a los tiradores.
• Limpiar el latón con limpiametales (como el sidol) o productos químicos. Hay que tener en cuenta que lo que limpiamos no es un metal es un barniz. Diferente es si el latón ya ha perdido el barniz y lo que pretendemos es darle brillo.